lunes, 18 de octubre de 2010

La contaminación: policías y ladrones

La contaminación: policías y ladrones

Tenemos el dudoso honor de que  la planta industrial más contaminante de todo Euskadi esté en nuestro municipio, la refinería de Petronor. Compartimos este honor con nuestros vecinos de Abanto y Ziérbena. En los asuntos medioambientales no caben términos medios, “sí, pero yo creo que…”,  o “no, pero mirándolo bien,…”. No caben los sabores agridulces. O se está con los que contaminan o con los que están contaminados, con el agresor o con los agredidos. O se está con la policía o con los ladrones.
Los efectos perniciosos de la contaminación no distinguen ni de sexos, ni de edades, ni de creencias, cuando afectan, afectan a todos los que están en el radio de acción de la agresión contaminante. El hecho de que “mi partido” apoye a la instalación contaminante, no hace que yo esté más protegido que mi vecino, cuyo partido está en contra de la misma planta. Tampoco hay diferencias entre quienes trabajan en la refinería y quienes no. Aquí todos somos agredidos. Parece que hay muchos que ignoran esto, tan simple de entender y compartir.
Lo más preocupante es que también parece que lo ignoran nuestros dirigentes municipales, PNV, EA y PSE, cuyas posiciones partidistas se dividen entre el apoyo incondicional o el consentimiento vergonzante a Petronor. La acción de la contaminación es tan universal, que además de que no acepta términos medios, es una cuestión cuya lucha contra ella tiene que estar fuera del debate y de la confrontación partidista. La afección es para todo el pueblo, incluso para quienes apoyan la presencia y funcionamiento de la planta contaminante. Por tanto lo único sensato es luchar todos juntos frente al enemigo común. Lo contrario es dar bazas a este agresor que seguirá campando a sus anchas y envenenándonos a todos. 
Y una Corporación Municipal en pleno debe defender siempre al débil, al agredido; el grandullón, ya tiene al “primo de Zumosol” que le defiende a troche y moche.