viernes, 8 de octubre de 2010

La marisma

La marisma
Desde el borde de la playa, a lo largo de la orilla derecha del río hacia su desembocadura, y hasta la muralla que circunda al Castillo de Muñatones, había una marisma que nada tenía que envidiar a la de Urdaibai. Un regalo de la naturaleza, de la biodiversidad y del medio ambiente natural. Aquello se perdió, lo ocupó Petronor, y no volverá nunca jamás. Llorar su pérdida sirve para bien poco, pero no puede dejar de hacerse, sobre todo por los que tuvimos la suerte de conocerla y disfrutarla.

Es cierto que eran otros los tiempos, las circunstancias y los valores sociales también eran diferentes de lo que son ahora, pero si hubiera que elegir hoy día una ubicación para implantar una refinería, desde luego que no se haría donde está Petronor. Este mal está hecho y ya no tiene remedio, pero mientras tanto, hay una deuda permanente con este pueblo que alguien tendrá que saldar.

Esto mismo nos está pasando ahora con la marisma de la desembocadura del río que ocupó CLH. Prometieron su regeneración, pero no han dejado sino una escombrera de montones de tierra y piedra.